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8.8.16

Se cumplen 400 años de la muerte de Miguel de Cervantes y desde #agostoclandestino queremos recordar los poemas que incluye El Quijote.

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9 de agosto de 2016, martes 19:30 h. 
Santos Ochoa Castroviejo | Logroño

La poesía de El Quijote


Se cumplen 400 años de la muerte de Miguel de Cervantes y desde #agostoclandestino queremos recordar el más de de medio centenar de composiciones poéticas enunciadas por los diferentes personajes de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.





El Quijote es, además de una parodia del género de caballerías, un libro de libros en el que su autor incluyó diversas historias, episodios —El cautivo, El curioso impertinente— y géneros literarios en sus 126 capítulos hasta el punto de "construir un ambiente profundamente literaturizado" en el que "Don Quijote está enfermo de ficción". En el caso de la poesía, entre los 55 poemas rescatados de El Quijote hay de todo: versos sueltos, églogas de pastores, poemas de cancionero, muchos sonetos, coplillas satíricas de corte tradicional, pasando por guiños al romancero tradicional, homenajes al Orlando furioso o el Amadís de Gaula e, incluso, una parodia a los poemas que encabezaban y cerraban los libros firmados por personajes ilustres como los "académicos de Argamasilla" o este curioso diálogo entre el caballo del Cid y Rocinante:

B. ¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?
R. Porque nunca se come, y se trabaja.
B. Pues, ¿qué es de la cebada y de la paja?
R. No me deja mi amo ni un bocado.
B. Andá, señor, que estáis muy mal criado, pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.
R. Asno se es de la cuna a la mortaja. ¿Queréislo ver? Miradlo enamorado.
B. ¿Es necedad amar? R. No es gran prudencia.
B. Metafísico estáis. R. Es que no como.
B. Quejaos del escudero. R. No es bastante. ¿Cómo me he de quejar en mi dolencia, si el amo y escudero o mayordomo son tan rocines como Rocinante?

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Miguel de Cervantes Saavedra. En 1547, año del nacimiento de Cervantes, el mundo ha dejado de ser un lugar pequeño y España, bajo el reinado de Carlos I, constituye la mitad de ese mundo. Alcalá de Henares, a treinta kilómetros de Madrid, es un lugar agitado y vibrante en tanto que plaza universitaria, y allí verá la luz Miguel de Cervantes. Cuarto hijo de un modesto sangrador o practicante —entonces se los llamaba cirujanos—, resulta difícil seguir la pista al niño Miguel, y también al adolescente. El padre, Rodrigo, vivió siempre cercado por la estrechez, asediado por las deudas. Su azarosa trayectoria lo llevó de Alcalá a Valladolid, y luego a Sevilla, y antes a Córdoba, aunque algunos dudan que su mujer, Leonor de Cortinas, y sus seis hijos lo acompañaran en este deambular.
Lo único seguro es que en 1566 Miguel de Cervantes está instalado en Madrid, junto al resto de la familia. En 1568 firma unos poemas de circunstancias a la muerte de la reina Isabel de Valois —esposa de Felipe II—, editados al año siguiente por Juan López de Hoyos. Pero antes de que acabe el año lo tenemos en Roma. ¿Cómo ha llegado y por qué? Hay documentada una orden de arresto contra un Miguel de Cervantes a quien se ha juzgado en rebeldía por haber herido a un maestro de obras en un duelo. La sentencia encierra un guiño irónico al destino: diez años de destierro y corte de la mano derecha. De todos modos, algunos sostienen que ese Cervantes no es Cervantes, o que es otro Cervantes. Ya en la Ciudad Eterna, trabaja como camarero del futuro Cardenal Acquaviva, y después ingresa a los tercios, hasta que un buen día la lógica de las cosas —es soldado, es español y es 7 de octubre de 1571— lo sitúa en el golfo de Lepanto, teatro de la historia. El mar está en calma, las flotas rivales rugen, se acechan, y Miguel de Cervantes tiene fiebre. Se le concede licencia para ponerse a cubierto, pero él insiste en atravesar el tiempo, y se dispone para el combate —«la más alta ocasión que vieron los siglos pasados»— en el esquife de la galera La Marquesa. Mueren treinta mil hombres del lado turco y doce mil del lado cristiano, que se dará por vencedor. Tres balas de arcabuz buscan y encuentran a Cervantes. Dos le aciertan en el pecho y una tercera le inutiliza la mano izquierda. Después de unos meses de convalecencia en un hospital de Mesina, en Sicilia, se reincorpora a los tercios. El Mediterráneo es un campo de batalla y Cervantes sigue atrapado en el torbellino de la historia: Navarino, Corfú, Túnez. Recorre Italia de arriba abajo, remueve la espuma de los días —lee mucho, vive más— y, en 1575, se embarca de regreso a España. Cuenta con cartas de recomendación de Don Juan de Austria y del Duque de Sesso, pero esos papeles, cursados para conseguir, seguramente, una patente de capitán, le acabarán complicando la existencia. En aguas del Golfo de Rosas la goleta Sol cae en manos de corsarios berberiscos, que tomarán a Cervantes por quien no es, una persona principal. Esto retrasará su rescate, aumentará su cotización. Cinco años pasó Cervantes en los baños o mazmorras de Argel, y cuatro veces intentará fugarse hasta que el 19 de septiembre de 1580 el fraile trinitario Juan Gil se presente con el rescate. Regresa a España y se encuentra con un país convulso, entre la mugre y el oropel, que enlaza bancarrotas a medida que ensancha sus límites y los del mundo, y con su familia arruinada por los gastos de su liberación. En Madrid, intentará hacer valer sus méritos como héroe de Lepanto, y como ex cautivo, para conseguir alguna colocación. Lo envían a Orán en una oscura comisión de un mes con visos de espionaje, le pagan cincuenta ducados y ahí termina todo. Entonces vislumbra América. Cervantes escribe al Consejo de Indias, quiere que lo envíen allí con algún empleo administrativo. Nada. El sueño americano —lo que pudo haber sido— se diluye en el horizonte y se confunde con un océano de plegarias desatendidas. «Con poco me contento, aunque deseo mucho», escribirá en el Viaje del Parnaso. Así que se queda en España, le queda España, y trabaja en una novela pastoril, La Galatea. Frecuenta la taberna de un asturiano instalado en la calle Tudescos, y frecuenta también a la mujer del tabernero, Ana Franca, con la que tendrá una hija. En diciembre de 1584 viajará a Esquivias, en Toledo, para mediar en la publicación de un cancionero de un amigo muerto, y súbitamente —es decir, sin que nadie encuentre una explicación clara— casará con Catalina Palacios Salazar, a la que dobla en edad. Pasará dos años en Esquivias y en 1585 publica La Galatea. Al fin, en 1587, consigue un empleo como comisario de abastos en Sevilla. Escribe poemas sueltos, que coloca en flores y cancioneros, vende comedias, gana unas justas poéticas y como premio obtiene unas cucharillas de plata. Recorre Andalucía de punta a cabo, requisa trigo y aceite para la Armada Invencible. El héroe desvaído respira el polvo de los caminos y se acostumbra a la incomodidad de las fondas. Fija el paisaje en la retina y, también, da con sus huesos en la cárcel (en Castro del Río, provincia de Córdoba, y en Sevilla) acusado de cobrar lo que no debía, o de demorar el pago de sus recaudaciones a la hacienda pública. Además, conocerá la excomunión por requisar bienes eclesiásticos. En 1601 la corte se traslada a Valladolid y, tres años más tarde, Cervantes se instala al borde del Pisuerga, rodeado de mujeres: esposa, hermanas, hija y sobrina. Sobrevienen sinsabores, sobresaltos y tratos indeseados con la justicia. Un caballero principal muere —hoy se diría que "en extrañas circunstancias"— a las puertas o incluso en las entrañas de la casa de alquiler en la que moran los Cervantes. En la investigación no se esclarece la muerte del caballero, pero se concluye que todas las mujeres de aquella casa llevan una vida licenciosa que bordea la prostitución. Y entonces, en 1605, ocurre algo, se publica en Madrid, en la imprenta de Juan de la Cuesta, la primera parte de El Quijote. Es un triunfo fulminante, alcanza cinco reediciones ese mismo año y en poco tiempo se traducirá al inglés y al francés. El siglo sigue, la corte vuelve a Madrid en 1606, y Cervantes con ella. Encuentra un protector en el Conde de Lemos, pero sufre una nueva decepción cuando el célebre mecenas parte hacia Nápoles, donde fungirá como virrey, y no lo incluye en su séquito. Cervantes es un hombre entre dos siglos y un escritor del presente que se proyecta hacia el futuro. Dentro de ese futuro, le preocupa especialmente la salvación de su alma, así que multiplica su presencia en órdenes y congregaciones y se entrega a ocupaciones piadosas, que alterna con la pluma. En 1613 se editan las Novelas ejemplares. Un año después, Alonso Fernández de Avellaneda —seudónimo nunca esclarecido— da a las prensas una segunda parte apócrifa de El Quijote. Se acerca el ocaso, y la actividad de Cervantes es febril: Viaje del Parnaso, Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados y, en 1615, una segunda parte de El Quijote, donde ficción y realidad espejean hasta ofrecer la fórmula depurada de la novela moderna. En 1616, la primavera avanza y Cervantes, postrado por la enfermedad —diabetes, tal vez insuficiencia hepática—, espera la muerte en su casa de la madrileña calle del León. Sustancia su agonía en la dedicatoria y prólogo de Los trabajos de Persiles y Segismunda. «¡Adiós, gracias; adiós, donaires; adiós, regocijados amigos; que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida!». Soporta los dolores de la enfermedad y se consume hasta que el 22 de abril le llega, después de tanta vida, la hora de morir.



Organiza:
Asociación Cultural Planeta Clandestino / Ediciones del 4 de Agosto
Gobierno de La Rioja
IRJ, Instituto Riojano de la Juventud
Filmoteca de La Rioja Rafael Azcona
Colaboran:
Ayuntamiento de Rincón de Soto, 
Wine Fandango, 
Zarándula, 
Renfe, 
Cafetería Viena, 
Cross Business, 
Profisegur, 
Hotel Gran Vía, 
UNIR, 
Méquina Dalicada, 
Spoonful, 
Santos Ochoa, 
Limbo Escena, 
Peñaclara, 
República del Arte  
y Restaurante La Mejillonera.

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31.7.16

XII #agostoclandestino | Presentación del libro «La noche que no existe» de Rocío Arana

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1 de agosto de 2016, lunes 19:30 h. 
Santos Ochoa Castroviejo Logroño

Presentación del libro «La noche que no existe» de Rocío Arana

En el marco de la Feria del Libro de Poesía #agostoclandestino se presenta el último poemario de la profesora de Didáctica de la Literatura de la UNIR Rocío Arana.




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Rocío Arana Caballero (Sevilla, 1977) es doctora en Ciencias del Espectáculo por la Universidad de Sevilla y profesora de Didáctica de la Literatura en la Universidad Internacional de La Rioja. Ha publicado los siguientes libros: Magia (Númenor, 2002), Pampaluna (Rialp, 2004), Mirar el fuego (Pre-Textos, 2010), Las siete Barbies solteras (Númenor, 2010), La llave dorada (Rialp, 2013) y La noche que no existe (Renacimiento, 2016). Ha ganado el Premio de poesía Florentino Pérez-Embid, concedido por la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, y obtuvo un accésit del Premio Adonáis en 2012.





Organiza:
Asociación Cultural Planeta Clandestino / Ediciones del 4 de Agosto
Gobierno de La Rioja
IRJ, Instituto Riojano de la Juventud
Filmoteca de La Rioja Rafael Azcona
Colaboran:
Ayuntamiento de Rincón de Soto, Wine Fandango, 
Zarándula, 
Renfe, 
Cafetería Viena, 
Cross Business, 
Profisegur, 
Hotel Gran Vía, 
UNIR, 
Méquina Dalicada, 
Spoonful, 
Santos Ochoa, 
Limbo Escena, 
Peñaclara, 
República del Arte  
y Restaurante La Mejillonera.

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23.7.15

Berceo rinde homenaje a Gonzalo, el primer poeta en lengua castellana de nombre conocido

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Viernes, 24 de julio de 2015.  Local Vergegio.
Berceo
. 20:00h.

#agostoclandestino homenajea a Gonzalo de Berceo en el lugar que lo vio nacer

La profesora de la Facultad de Educación, Rocío Arana, pondrá el broche final a la participación de UNIR en #agostoclandestino. Esta vez será en el Local Vergegio de Berceo, la localidad que vio nacer al gran poeta Gonzalo de Berceo. La docente recitará poemas del autor y también de otros autores más recientes como Gerardo Diego, Luis Alberto de Cuenca, etc. en los que hace referencia al propio Gonzalo de Berceo.

Antonio Machado escribió sobre Gonzalo de Berceo: Su verso es dulce y grave: monótonas hileras / de chopos invernales, en donde nada brilla; / renglones como surcos en pardas sementeras, / y, lejos, las montañas azules de Castilla. No sólo el menor de los Machado e
scribió sobre él (“Mis poetas”), varios autores modernos y contemporáneos han escrito en homenaje a Berceo: Ramón Pérez de Ayala (poema “La paz del sendero”), Rubén Darío (“A Maestre Gonzalo de Berceo”) o Manuel Machado (“Retablo”), por ejemplo.

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Gonzalo de Berceo (Berceo, Logroño, hacia 1195 - Monasterio de San Millán de la Cogolla, hacia 1268) Escritor medieval que fue primer poeta en lengua castellana con nombre conocido. 
Fue clérigo y vivió en el monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja), donde se ordenó sacerdote, y en el de Santo Domingo de Silos (Burgos). En el monasterio de San Millán de la Cogolla ofició como clérigo secular, y llegó a ocupar los cargos de diácono (hacia 1120) y presbítero (hacia 1237). 
Es el primer representante del llamado «mester de clerecía», escuela medieval de hombres de letras (una calificación que en aquella época casi coincidía con la de sacerdote) cuya principal aportación fue la difusión de la cultura latina. Berceo inauguró la senda de la poesía erudita, en contraposición con la desarrollada por la poesía épica popular y la de los juglares. 
Sus obras, escritas en cuaderna vía (estrofa de cuatro versos alejandrinos monorrimos) como era habitual en el «mester», son estrictamente religiosas y se suelen clasificar en tres grupos: vidas de santos, obras marianas y obras de temática religiosa más amplia, de tipo doctrinal. Los poemas hagiográficos, sobre santos locales (Vida de San Millán, Vida de Santo Domingo de Silos y Vida de Santa Oria), se basan en fuentes latinas y en tradiciones del propio monasterio. 
Las dos primeras siguen una idéntica estructura tripartita: la primera parte cuenta la vida del santo, la segunda relata los milagros que el santo realizó en vida y la tercera los realizados tras su muerte a personas que rogaron su favor. No hay duda de que, además de la finalidad moral del conjunto, las terceras partes obedecían al propósito de atraer peregrinos a los monasterios de San Millán de la Cogolla y de Santo Domingo de Silos, donde se hallaban enterrados los santos. 
El grupo de obras marianas cuenta con tres títulos fundamentales: Loores de Nuestra Señora, Milagros de Nuestra Señora y Duelo de la Virgen. Los poemas religiosos de naturaleza doctrinal son El martirio de San Lorenzo, El sacrificio de la misa y Los signos que aparecerán antes del Juicio. 
Destaca entre sus obras los Milagros de Nuestra Señora, llena de notas folclóricas y detalles cómicos. Inspirada por una colección de milagros en latín, está compuesta por una introducción alegórica y veinticinco poemas que cuentan milagros atribuidos a la Virgen, descrita como un personaje cercano que ampara a los fieles. Berceo, en su ánimo de acercarse al pueblo, se hizo portavoz de una religiosidad emotiva y llena de sucesos con la que fácilmente podían identificarse sus oyentes, alejándose así de la aridez teológica propia de los tratados latinos. 
Probablemente difundida de forma oral por los juglares, su obra tiene un claro objetivo didáctico y moral, y se caracteriza por un tratamiento sencillo y popular del lenguaje. A menudo Berceo hace referencia a sus propios avatares biográficos y da muestras, con su expresión realista y auténtica, de su gusto por la recreación de detalles pintorescos y cotidianos. Su forma de narrar los sucesos religiosos y de intentar acercarlos al pueblo mediante un estilo y una forma de sentir humilde y sencilla hizo de Berceo un autor de gran valor simbólico para la Generación del 98.
(www.biografiasyvidas.com)

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Rocío Arana Caballero
(Sevilla, 1977), es licenciada en Filología Hispánica y doctora en Ciencias del espectáculo por la Universidad de Sevilla. Ha realizado su tesis doctoral sobre Calderón de la Barca, colaborando con el Grupo de Investigación Siglos de Oro (Universidad de Navarra.)  Ha publicado diversos libros, capítulos de libros y artículos en revistas científicas atendiendo a tres líneas de investigación: Calderón de la Barca, poesía actual andaluza y literatura infantil. Desde 2011 es profesora asociada en la Universidad Internacional de La Rioja, UNIR, donde imparte clases de Didáctica de la Literatura y dirige Trabajos de Fin de Grado en la Facultad de Educación. Ha participado como crítica literaria en la revistas Poesía digital (2006-2008) y Fábula (2011-2014). Ha participado en diversos talleres de creatividad literaria. Ha publicado cuatro poemarios: Magia (Númenor, 2002),  Pampaluna (Colección Adonáis, 2004), por el que recibió el premio Florentino Pérez Embid 2003, Mirar el fuego (Pre-textos, 2010) y La llave dorada (Colección Adonáis, 2013) por el que recibió un accésit del Premio Adonáis.  


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100% online, la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) se caracteriza por tener un modelo pedagógico propio con una metodología que permite desarrollar una formación de calidad y personalizada. Los alumnos reciben clases online en directo, se imparten más de 1.350 clases online semanalmente. El estudiante tiene un tutor que le acompaña y ayuda durante toda su carrera y dispone de un campus virtual con la tecnología más innovadora y los recursos académicos que necesita.
En la actualidad UNIR tiene más de 20.000 alumnos, de los cuales 5.000 son latinoamericanos y 1.500 empleados (1.050 docentes e investigadores). Se imparten 17 Grados, 3 cursos de adaptación, 27 Másteres Universitarios y 33 Títulos Propios.
Fue aprobada oficialmente en el año 2009 y desde entonces se han graduado más de 11.140 estudiantes.    


Organiza:
Asociación Cultural Planeta Clandestino / Ediciones del 4 de Agosto
Gobierno de La Rioja
IRJ, Instituto Riojano de la Juventud
Filmoteca de La Rioja Rafael Azcona
Colaboran:
Renfe
UNIR, Universidad Internacional de la Rioja
Biblioteca de La Rioja
Hotel Gran Vía
Restaurante La Mejillonera
República del Arte
Peñaclara
Limbo Escena
Librerías Santos Ochoa
Spoonful Magazine
Cross Business
Viena Espolón
Zarándula
Café Bretón
El Dorado Café Bar

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«Historia universal de ninguna parte. Olvido, territorio y mapa de una periferia histórica» de Enrique Cabezón

Un lugar indefinido en el mapa dentro de la cabaña del loco Noviembre de 2024 Enrique Cabezón reflexiona en su nuevo libro sobre la ciudad, ...